En nuestro afán por sacudirnos de encima ese tufo (para unos) o pestazo (para otras) a jukebox vintage mal ventilado, y en nuestro empeño suicida en demostrar que existen auténticos y formidables daños colaterales del pop de rabiosísima actualidad, hoy vamos a hablar de reuniones.
O comebacks, si lo prefieren. Que, además, les pega más a estos pájaros de From The Jam.
A saber: Rick Butler y Bruce Foxton, batera y bajo de The Jam, plus dos mendas que conocieron en el pub o el gym del barrio, reeditando en directo éxitos pasados (y mayormente ajenos, el compositor principal era Paul Weller, como bien recordarán los lectores de edad) para audiencias sin prejuicios y sin complejos.
Actualmente, cuando con la tan sobada excusa de la piratería, las descargas y toda esa basura, regresa a escena hasta Chiquetete (para cuándo un bolerazo de este menda??) y que las viejas glorias (que siguen sin querer madrugar, claro) se juntan delante de unas infusiones en el Hogar del Jubilado de Brixton o Santa Fe y deciden que, por qué no, si total, lo mismo cuela y dan el super pelotazo y llenan pabellones o Rivieras y renuevan de una vez el parque móvil o reforman la mansioncilla aquella que compraron en el 83 a un retirado mogul hollywoodiense.
En fin, una pena, ya saben.

No es el de la lotería, pero caliente caliente
Pero hay reuniones y reuniones. Ahí tienen al insufrible Sting, a los botoxizados Rezillos o a los muy photoshopizados B52s (bueno, al menos estos últimos sacan disco), que, sin dejar de hacer de reír (y mucho), consiguen engañar al anciano fan, ya en el umbral de la jubilación, o a su hijo el alternativo, ese que ocupa su ocio en festivales veraniegos para discapacitados y que va a todos lados con su ipod y su tattoo tribal.
Pero estos... estos pájaros de From The Jam son punto y aparte. Los dos tercios pobres de la más grande banda inglesa de la historia (tras los Beatles, vale) se arrejuntan, se ponen de nuevo el traje de 3 botones y se cardan el pelo (bueno, el que aún conserva algo) y se les ocurre resucitar The Jam, la banda que lo fue todo del 77 al 82.
Los más ancianos recordarán la grandeza, el poderío, la chulería, las chapitas, los parches en la parka, y AQUELLAS CANCIONES!! Números 1 en UK con cada nuevo single, portadas en toda revista, dominical u hoja parroquial de la época, una discografía ejemplar y una rivalidad enfermiza y absurda con otros que igual nos sorprenden gratamente one of these days, los diezmados The Clash.

La verdad es que un cuello cisne Fred Perry le quedaría bastante mejor
Existen otras bandas tributo a The Jam, todas ellas sin antiguos componentes del grupo, afortunadamente, que también están asolando la Pérfida Albión bajo nombres tan graciosos como The Jam Restart (agarrate que hay curvas) o The Jamm (así, con dos emes).
Volviendo a los dos figuras éstos, resulta que llegaron a invitar a San Paul Weller a sumarse a tan crematístico proyecto. Y cuál fue la reacción de nuestro ídolo? Pues la que no habrían tenido Vds., peseteros fans de Muse:
"Si me viera tirado en la puta calle con mis hijos, mendigando unos peniques para poder darles algo de comer, entonces me lo podría llegar a plantear. Pero eso no va a ocurrir mañana".
Cristalino. Como todo lo suyo, sr. Weller.